Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 - BerlÃn, 14 de noviembre de 1831) fue un filósofo del Idealismo alemán, el último de la Modernidad, llamado inclusive como la "conciencia de la modernidad",[1]​ el tercero de entre quienes podrÃamos denominar como los "cuatro grandes cartesianos" -siendo los otros dos Immanuel Kant y Edmund Husserl- y, ciertamente, el más sistemático de los filósofos poskantianos. La pretensión más general de su filosofÃa podrÃa decirse que es la de explicar lógicamente el proceso a través del cual lo real y la verdad llegan a constituirse como tales, ello mediante la exposición sistemática de la racionalidad intrÃnseca de todo lo efectivamente dado en el mundo. En el célebre Prefacio a los Principios de la FilosofÃa del Derecho (1817) afirma que la tarea de la filosofÃa es "concebir lo que es, pues lo que es es la razón"[2]​ y que tal como el individuo "es hijo de su tiempo; de la misma manera, la filosofÃa es su tiempo aprehendido en pensamientos"[3]​. Una de sus contribuciones más controvertida para algunos, brillante para otros, es el rol que la dialéctica en todo lo dado. Esta, en su gran obra de juventud durante su periodo jeniense, FenomenologÃa del EspÃritu. está ligada a la experiencia que la conciencia natural sufre al perder la concepción previa que tenÃa de su objeto -sea ella misma como en esta obra o un objeto cualesquiera- al ser reemplazada por una nueva. Es una violencia que ella se hace a sà misma donde la relación entre objeto y concepto previa es superada por una nueva sin dejar, sin embargo, completamente negada la concepción anterior, sino que la supera conservando el contenido de verdad que pudiese anidarse en ella.[4]​ Es por este motivo que la dialéctica hegeliana es asociada con una negación determinada, distinta a la del escepticismo, puesto que esta termina consumándose en un largo camino de depuración, desde su versión más ingenua, hasta el conocimiento absoluto. Pero a diferencia de Kant su predecesor, Hegel defendÃa un tipo de Razón que resultaba de la relación dialéctica entre los raciocinios individuales y los hechos impredecibles de la realidad, y cuya sustancia solo podÃa comprenderse a posteriori, siendo de esta forma una razón histórica, colectiva y providencialista. De ahà su expresión "astucia de la Razón", por cuanto difÃcilmente alguien podrÃa por sà solo considerar todas las variables relevantes para realizar en el mundo, de manera previsible, un ideario de la conciencia: la razón produce resultados que "escapan" a las previsiones que uno pudiera hacer en relación a su funcionalidad presente, desplegándose según una predestinación que a priori le es inaccesible. Su teorÃa fue reinterpretada por Karl Marx desde una óptica materialista, subordinando de esta manera al género humano y su razón (fenómeno secundario en Marx) a los vaivenes de las grandes conformaciones de la materia (la Iglesia, el Estado y el Mercado, por ejemplo): el ser humano depende inevitablemente de sus condiciones ideales y materiales, enfrentándose a ellas en una dialéctica imperecedera, la cual no le hace libre en modo alguno, sino más bien le otorga una nueva forma material en cada ciclo dialéctico. Recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia Protestante en Wurtemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Admiraba las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, asà como la Revolución Francesa, la cual acabó rechazando cuando esta cayó en manos del terror jacobino. Aunque se sospechó que fue vÃctima de una epidemia de cólera que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831, recientes investigaciones apuntan a causas desconocidas y no al cólera como causa de muerte, descartando esta última.[5]​ Fue el padre del historiador Karl von Hegel (1813-1901). Considerado por la historia clásica de la filosofÃa como el representante de «la cumbre del movimiento decimonónico alemán del idealismo filosófico» y como un revolucionario de la dialéctica, habrÃa de tener un impacto profundo en el materialismo histórico de Karl Marx. La relación intelectual entre Marx y Hegel ha sido una gran fuente de interés por la obra de Hegel. Su pensamiento generó una serie de reacciones y revoluciones que van desde la explicación del materialismo marxista, el preexistencialismo de Søren Kierkegaard, el escape de la metafÃsica de Friedrich Nietzsche, el existencialismo de Gabriel Marcel, la crÃtica a la ontologÃa de Martin Heidegger, el pensamiento de Jean-Paul Sartre, la filosofÃa nietzscheana de Georges Bataille, la dialéctica negativa de Theodor W. Adorno, la teorÃa de la deconstrucción de Jacques Derrida y la teorÃa psicoanalÃtica de Jacques Lacan, entre otros. Resulta patente, en este sentido, el impacto que el sistema hegeliano ha tenido en la filosofÃa continental y, en especial, en la filosofÃa francesa del último siglo, donde la recepción de Hegel estuvo mediada, principalmente, por Jean Hyppolite, Alexandre Koyré y Alexandre Kojève.
Fuente: Wikipedia
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