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Sistema epónimo

    Dinámica de Sorokin

    La civilización es un complejo de sociedades que poseen orientaciones culturales similares y que se encarnan en instituciones similares. La 'cultura materialista' ('sensate') tiene en su gradiente de formas a la ciencia, por un lado, la cual expresa el universo físico, y a la ética, por otro, basada en valores y gustos materiales y hedonistas. La 'cultura metafísica' ('ideational') descansa en una cosmovisión trascendente de la realidad integrada por la fe, la revelación y la mística. La 'cultura idealista' ('idealistic') está ligada a la anterior. Integra a la razón en filosofía y al idealismo en los valores. Véanse los pasajes esenciales de esta interesante tipología:


    «Toda auténtica disciplina científica, así como los grandes sistemas filosóficos, las grandes religiones, las leyes y los códigos morales, las grandes creaciones artísticas y el lenguaje, son, en su tronco esencial, sistemas tan complejos como vastos de cultura ideológica [...]
    Sin embargo según veremos más adelante, en ninguna de las culturas ideológicas conocidas hallamos que la suma total de todos los sistemas y congeries ideológicos se haya unido para formar un supersistema. Aun las culturas ideológicas mejor integradas, con los supersistemas más vastos que es posible encontrar, permanecieron en partes eclécticas, no integradas y también parcialmente contradictorias [...]
    Algunas culturas ideológicas aseveran que la verdadera realidad y el verdadero valor son de carácter sensorial, y que más allá del valor y de la realidad percibidos por nuestros sentidos no existe otra realidad y otro valor. Habiendo respondido así, estas culturas ideológicas levantan sobre esa respuesta sus más dilatados supersistemas, en el cual casi todos los sistemas científicos, filosóficos, éticos y otros articulan con exactitud esta premisa mayor. Estos supersistemas ideológicos pueden ser denominados sensuales o sensitivos.
    Otras culturas ideológicas altamente integradas contestan el problema estableciendo que la verdadera realidad y el verdadero valor radican en lo suprasensorial, en el Dios suprarracional ('Tao', 'Atmán', 'Brahma', etc.), siendo la realidad y el valor sensoriales ya una mera ilusión, ya los menos importantes, los menos reales y aun los más negativos de las realidades y de los valores. Los vastísimos supersistemas ideológicos construidos sobre tal premisa pueden se llamados ideacionales.
    También otras culturas altamente integradas afirman que la realidad y el valor verdaderos constituyen una infinita diversidad, en parte sensorial, en parte racional, en parte suprasensorial y en parte también superracional. El supersistema ideológico erigido sobre esta premisa mayor puede ser llamado idealista [...]
    El arte ideacional, el idealista y el sensitivo difieren pronunciadamente entre sí, tanto en su estilo externo como en su contenido interno. De acuerdo con la premisa mayor, el arte ideacional articula exactamente la premisa de que la verdadera realidad-valor es Dios. Por consiguiente, intrínsecamente el tema del arte ideacional es el reino supersensorial de Dios o su equivalente terminológico. Sus 'héroes' son Dios y otras divinidades, ángeles, santos y pecadores, y el alma, lo mismo que los misterios de la creación, encarnación, redención, crucifixión, salvación y otros acontecimientos trascendentales. Es religioso de arriba abajo. Presta poca atención a las personas, objetos y acontecimientos del mundo empírico sensorial.
    Su objetivo no es divertir, entretener o proporcionar deleite, sino llevar al creyente a una unión más íntima con Dios. Es parte de la religión y funciona como servicio religioso. Es una comunión del alma humana consigo misma y con Dios [...]
    Su estilo es y debe ser simbólico. Es un mero signo visible o sensorial del mundo de valores invisible o suprasensible. Como Dios y los fenómenos suprasensibles no tienen formas materiales, no pueden percibirse y describirse naturalísticamente como aparecen a nuestros sentidos. Solo pueden ser designados simbólicamente. De ahí el simbolismo trascendental del arte ideacional [...] El arte sensitivo vive y muere enteramente en el mundo empírico de los sentidos. Campesinos, obreros, amas de casa, muchachas, taquígrafos, maestros y otros seres humanos son sus personajes. En su fase de apogeo sus héroes favoritos son las prostitutas, los criminales, los golfos callejeros, los dementes, los hipócritas, los rufianes y demás tipos subsociales [...]
    Su estilo es naturalista, visual y aun ilusionista, libre de todo simbolismo suprasensible. Reproduce los fenómenos empíricos según su aspecto, sonido, olor o cualquier otra forma en que aparezcan a nuestros órganos sensoriales [...]
    El arte idealista es un arte intermediario entre las formas de arte ideacionales y sensitivas. Su mundo es en parte suprasensible y en parte sensorial, pero solo en los aspectos más sublimes y nobles de la realidad sensible. Sus héroes son en parte dioses y otras criaturas trascendentales, en parte el hombre empírico, pero solo en sus más nobles aspectos. Es un arte deliberadamente ciego a todo lo humillante, vulgar, feo y negativo del mundo empírico de los sentidos. Su estilo es en parte simbólico y alegórico, y en parte realista y naturalista. En una palabra: representa una síntesis maravillosa del arte ideacional y de las formas más nobles del sensitivo.»
    Social and Cultural Dynamics, 4 vols. (1937-1941)




    Pitirim A. Sorokin
    (1889 ~ 1968)

Leyenda:
Selección del Theory Group
Aportaciones Generales

La palabra "epónimo", de la lengua helena clásica, identifica una idea, teoría o entidad física, con el nombre de su autor o descubridor. Aquí presentamos una relación amplia, aunque inevitablemente limitada, de ideas y teorís con el nombre de uss autores auténticos o de un discípulo o seguidor que lo acuña con su nombre. Práctica habitual en las ciencias de la naturaleza, en las ciencias sociales y el pensamiento, e incluso en la literatura no se prodiga. Pero hay ilustres ejemplos como el "teorema de Thomas" acuñado por Merton. Existe, a modo de detalle curioso, una "ley de los epónimos", idea de Stigler (ley de Stigler) que sentencia que "ningún descubrimiento científico recibe el nombre de quien lo descubrió en primer lugar". Pasen y vean.

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