alt img1
Todo | A | B | C-Ç | D | E | F | G | H | I | J | K | L | M | N-Ñ | O | P | Q | R | S | T | U | V | W | X | Y | Z | ...

Sistema epónimo

    La estructura de Lévi- Strauss

    Comienza a diseñar un método francamente original que extrae de sus lecturas, experiencias y aficiones artísticas. El mito se lee como una partitura musical, ora en sentido diacrónico, siguiendo el curso del tiempo de la música, ora en sentido sincrónico al establecer las relaciones estructurales que brotan de los elementos, contrapuntos, contrastes, conexiones causales, etc. En sus cursos propone la interpretación del mito de Edipo en esta clave. Además ofrece una fórmula canónica para su estudio. La respuesta a Caillois sostiene que entre salvajes y civilizados no hay jerarquías, como opinan los humanistas tradicionales, sino contrastes culturales y una estructura profunda. Otras ácidas y ruidosas polémicas adornan la vida parisina. Con uno de los catedráticos clave de la Sociología francesa, Georges Gurvitch, sostiene una discusión preñada de acrimonia y rencor. El marxista Máxime Rodinson le acusa, como es sólito, de idealismo. El filósofo y publicista Jean François Revel le ataca duramente en el núcleo de su idea estructuralista. A todos, Gurvitch, Rodinson y Revel, les responderá con una de sus mejores obras. Se trata de la Anthropologie structurale (1958). He aquí un fragmento ilustrativo extraído de la misma:


    «Si queremos dar cuenta de los caracteres específicos del pensamiento mítico, tendremos que establecer entonces que el mito está en el lenguaje y al mismo tiempo más allá del lenguaje [...]
    El lugar que el mito ocupa en la escala de los modos de expresión lingüística es el opuesto al de la poesía, pese a lo que haya podido decirse para aproximar uno a la otra. La poesía es una forma de lenguaje extremadamente difícil de traducir en una lengua extranjera, y toda traducción entraña múltiples deformaciones. El valor del mito como mito, por el contrario, persiste a despecho de la peor traducción. Sea cual fuere nuestra ignorancia de la lengua y la cultura de la población donde se lo ha recogido, un mito es percibido como mito por cualquier lector, en el mundo entero. La sustancia del mito no se encuentra en el estilo, ni en el modo de la narración, ni en la sintaxis, sino en la historia relatada. El mito es lenguaje, pero lenguaje que opera en un nivel muy elevado y cuyo sentido logra despegar si cabe usar una imagen aeronáutica, del fundamento lingüístico sobre el cual había comenzado a deslizarse [...]
    Como toda entidad lingüística, el mito está formado por unidades constitutivas, estas unidades constitutivas implican la presencia de aquellas que normalmente intervienen en la estructura de la lengua, a saber, los fonemas, morfemas y semantemas. Pero ellas tienen con estos últimos la relación que los semantemas guardan con los morfemas y que éstos guardan con los fonemas. Cada forma difiere de la precedente por un grado más alto de complejidad. Por esta razón, a los elementos propios del mito (que son los más complejos de todos) los llamaremos: unidades constitutivas mayores.
    ¿Cómo se procederá para reconocer y aislar estas grandes unidades constitutivas o mitemas? Sabemos que no son asimilables ni a los fonemas ni a los morfemas ni a los semantemas, sino que se ubican en un nivel más elevado: de lo contrario, el mito no podría distinguirse de otra forma cualquiera del discurso. Serán necesario, entonces, buscarlas en el plano de la frase [...]
    Postulamos, en efecto, que las verdaderas unidades constitutivas del mito no son las relaciones aisladas, sino haces de relaciones, y que sólo en forma de combinaciones de estos haces las unidades constitutivas adquieren una función significante. Desde un punto de vista diacrónico, las relaciones provenientes del mismo haz pueden aparecer separadas por largos intervalos, pero si conseguimos restablecerlas en su agrupamiento «natural», logramos, al mismo tiempo, organizar el mito en función de un sistema de referencia temporal de un nuevo tipo, que satisface las exigencias de la hipótesis inicial. Este sistema es, en efecto, un sistema de dos dimensiones, a la vez diacrónico y sincrónico, con lo cual reúne las propiedades características de la «lengua» y del «habla».»
    Anthropologie structurale (1958, 1973)


Leyenda:
Selección del Theory Group
Aportaciones Generales

La palabra "epónimo", de la lengua helena clásica, identifica una idea, teoría o entidad física, con el nombre de su autor o descubridor. Aquí presentamos una relación amplia, aunque inevitablemente limitada, de ideas y teorís con el nombre de uss autores auténticos o de un discípulo o seguidor que lo acuña con su nombre. Práctica habitual en las ciencias de la naturaleza, en las ciencias sociales y el pensamiento, e incluso en la literatura no se prodiga. Pero hay ilustres ejemplos como el "teorema de Thomas" acuñado por Merton. Existe, a modo de detalle curioso, una "ley de los epónimos", idea de Stigler (ley de Stigler) que sentencia que "ningún descubrimiento científico recibe el nombre de quien lo descubrió en primer lugar". Pasen y vean.

Navegue por nuestro sistema epónimo y descubra vínculos con sus autores y autoras, sus vidas, su contexto, y con el momento histórico que vivieron. Seleccione un concepto y disfrute de la experiencia.
Nuestro sitio web está en constante cambio y actualización. Si tiene alguna sugerencia o aporte, no dude en hacérnosla llegar

Webmaster: Pablo de Gracia Soriano